Los contenedores incrementaron la productividad del transporte en su conjunto; no obstante fue necesaria su estandarización para lograr que fuera generalizándose su uso. Con ese objetivo, McLean entregó gratuitamente la patente de su contenedor multimodal a la Organización Mundial de la
Estandarización (ISO). Este organismo
normalizador internacional finalmente estableció una serie de directrices a
partir de las cuales la industria naviera empezó a invertir sobre todo en la
fabricación de contenedores de 20 y 40 pies, aproximadamente 6 y 12 metros de
largo, respectivamente.
Los contenedores portan en su exterior
una numeración específica para saber quién es el propietario de los mismos,
independientemente de la carga que lleve en su interior. Los puertos modernos
tienen escáners y lectores de dicha numeración para saber dónde colocarlos para
su siguiente cambio multimodal.
Aproximadamente el 50% de los contenedores
que existen pertenecen a empresas de leasing especializadas, el 35% a las
propias navieras propietarias de los buques y el resto a otras compañías,
siendo la vida media de un contenedor de unos 15 años. China concentra el 95%
de la producción de contenedores.
El contenedor multimodal ha aumentado
la productividad en el transporte de mercancías. Ha permitido mover cosas alrededor
del mundo de forma más eficiente, sencilla y barata.
EJEMPLO: se calcula en 10
dólares el costo de transportar por mar un televisor desde Asia a Europa, una
aspiradora cuesta 1 dólar y una lata de
cerveza 1 céntimo. En la actualidad, aproximadamente el 93% de la carga mundial que no es a
granel se realiza en contenedores.
Casi cualquier producto manufacturado que los
humanos consumen pasa algún tiempo en un contenedor y alrededor de la mitad del
comercio global se lleva actualmente a cabo entre localidades distanciadas por
más de 3.000 km.
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